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El Salvador. Pensiones que aprietan

Jueves, 30 de Agosto de 2012
Recortes de prensa

La deuda de pensiones sigue creciendo, mientras que los pensionados pide revalorización constante.

Los sillones en la sala del señor Sergio Ramos son cómodos para conversar. Él es un hombre que a lo largo de sus casi 90 años ha vivido muchas experiencias, algunas de ellas lo llevaron a redactar actas en un juzgado y otras a conocer el oficio de la carpintería.

Desde 1993 el señor Ramos vive otra experiencia, luego de jubilarse en 1993 haberse hecho de una pensión.

-¿Cómo es la vida de pensionado señor Ramos?

Su respuesta es interesante

-Es algo que uno debe sobrevivir.

El señor Ramos se jubiló cuando en el país aún funcionaba un sistema público de pensiones, en el que las cotizaciones eran administradas por el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP) y el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

En 1998, Ramos experimentó la transición del sistema público a uno privado, una transición en la que el Estado asumía el compromiso con los pensionados del modelo que caducaba.

Del sistema que generó esa transición se han admitido, recientemente, errores estructurales. Ahora ambos sistemas están atados al cinturón fiscal del Estado, responsable de cumplir con los pensionados de uno y de rescatar a los del otro.

El tema de las pensiones es un asunto que al señor Ramos le apasiona.

-Tengo algunos datos por aquí, permítame.

En una de las paredes de la sala cuelga un conjunto de diplomas, algunos firmados por el procurador de Derechos Humanos, Oscar Luna, que dan testimonio del trabajo que el señor Ramos ha realizado por los derechos de las personas de la tercera edad, al formar parte de la Mesa Permanente de Personas Adultas Mayores de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

Él es miembro de la Asociación Nacional de Pensionados del Instituto Salvadoreño del Seguro social (ANPISSS), una de las organizaciones de jubilados y pensionados que forman parte de la mesa.

Hacia la izquierda, después de los diplomas y de algunas fotografías, se encuentra un mueble con los papeles que tienen los datos que el señor Ramos necesita.

Son unos apuntes que hizo la noche anterior sobre el tema de las pensiones, preparándose para a entrevista. Estaban al alcance de la mano en ese mueble, pero su artritis lo obligó a pararse e ir por ellos.

Los comenzó a leer en voz alta. En algunos párrafos el señor Ramos describe en esencia las razones por las que cree que deben seguir revalorizándose las pensiones:

“…la situación económica del país ha impactado negativamente en los sectores sociales más vulnerables, como las personas adultas mayores para quienes en su gran mayoría la pensión es casi siempre la única fuente de ingresos para la satisfacción de sus necesidades básicas…”

Sergio Ramos viene realizando desde hace ocho años en la Mesa Permanente de Personas Adultas Mayores de la PDDH gestiones junto a sus compañeros y compañeras para que las pensiones sean revalorizadas año tras año, tal y como lo establece el artículo 210 de la Ley del Sistema de Ahorro de Pensiones.

“Todas las pensiones otorgadas por el Sistema de Pensiones Público se revalorizarán anualmente en el porcentaje que el Ministerio de Hacienda determine a partir del ejercicio fiscal de mil novecientos noventa y ocho”, indica el artículo.

“Hay que hacer un ajuste para tener una pensión mínima digna”, asegura el señor Ramos.

El último aumento realizado a las pensiones fue en 2009, cuando se incrementó la pensión mínima de $143 a $207. Pero ese monto, según Ramos, debe ajustarse de forma periódica, para hacer frente al costo de la vida.

“El monto de las pensiones debe aumentarse”, asegura.

Los problemas en el sistema

Aumento. Una palabra que genera muchos debates en un país en donde los gastos superan a los ingresos, con un déficit de cerca de $900 millones y un endeudamiento que supera el 50% del Producto Interno Bruto (PIB).

Buena parte de esta deuda es en concepto de pago de pensiones, un gasto que sería responsable en 2013 del 1.2% del déficit proyectado para ese año, que es de 2.5%, según explica el presidente del Banco Central de Reserva, Carlos Acevedo.

El tema de las pensiones, de acuerdo al economista, es clave en el reajuste fiscal que El Salvador debe atravesar para que obtener unas finanzas públicas equilibradas.

“En El Salvador el déficit fiscal incluye déficit de pensiones, y la deuda pública incluye la deuda de pensiones”, aseguró.

Las estadísticas hablan sobre el peso que el pago de las pensiones tiene en ambos indicadores macroeconómicos: la deuda de pensiones crece en una proporción de $1.1 millones diarios. “De aquí a 2017 crecerá hasta $2 millones al día”, advierte Acevedo.

Es un crecimiento del 2% del PIB al año, el cual deja un margen de maniobra bastante estrecho como para hablar de aumentos en las pensiones.

El paso de un sistema de pensiones público a un modelo privado, de acuerdo a los críticos de este último, es la piedra angular de los problemas derivados de la deuda previsional que ahora enfrenta el Estado.

Los cálculos salieron mal y al final, con la privatización, el Estado tuvo que asumir la responsabilidad del pago de las pensiones de los jubilados en el sistema anterior, además del pago de una pensión mínima vitalicia a los del actual, pues la naturaleza del modelo privado borró del mapa la pensión vitalicia que estaba contemplado en el sistema público.

La diputada Lorena Peña, presidenta de la comisión de Hacienda y Especial de Presupuesto de la Asamblea Legislativa, no duda en señalar los problemas del actual sistema.

En la legislatura pasada, cuando ocupaba la presidencia de la comisión de Hacienda y Especial de Presupuesto (cargo que también ocupa en la actual legislatura), Peña respaldó la reforma a la Ley del Sistema de Ahorro de Pensiones, tras una iniciativa presentada por el Ejecutivo a finales de marzo.

Las reformas buscaban disminuir las comisiones que las administradoras de pensiones (AFP’s) cobraban por manejar los fondos de pensiones, trasladando además un aumento de porcentaje en al ahorro de los cotizantes.

También buscaban aumentar el porcentaje de los ahorros de pensiones invertidos en Certificados de Inversión Previsional (CIP), lo cual permitiría al mismo tiempo disponer de fondos para pagar las pensiones a los jubilados del sistema anterior.

Las reformas fueron aprobadas en la última plenaria de marzo, pero sobre la mesa quedó el tema de la rentabilidad de los ahorros de pensiones que las AFP’s invierten.

“No hubo preocupación por buscar una rentabilidad sólida, y además con la dolarización cayeron las tasas de interés y fue peor el asunto, entonces hoy tenemos que las pensiones tienen una rentabilidad del 1.53%, o sea que tu fondo de ahorro por cada $100 que pones gana $1.53 ¿Para cuánto te va a alcanzar ese dinero?”, asegura la diputada.

La rentabilidad de las pensiones, de acuerdo a Acevedo, sería una solución en el corto plazo para evitar que la deuda previsional siga ganando terreno en la deuda y el déficit.

El presidente del BCR asegura que el porcentaje de las cotizaciones que las AFP’s recogen que no se utilizan en la compra de los CIP se podrían invertir en títulos en el exterior que tengan un alto porcentaje de rentabilidad (Tras las reformas las administradoras están obligadas a invertir el 45% de la cotizaciones en esos instrumentos financieros).

Las propuestas del ejecutivo, y los principales partidos del país, ARENA y FMLN, hablan de aumentar esa rentabilidad del 1.5% actual a cifras que van desde el 3% hasta el 5%.

Pero según Acevedo, el problema radica en que, “por las condiciones mundiales no hay muchos títulos seguros que presenten buena rentabilidad”.

“Los bonos títulos en el exterior están casi a cero y los que ofrecen rendimiento más alto son de alto riesgo”, asegura el presidente del BCR.

Aumentar la rentabilidad de las pensiones “es una alternativa, aunque no es fácil por el entorno internacional tan adverso. En un entorno internacional diferente seria una alternativa buena para mejorar la rentabilidad de las pensiones”, agrega.

Otras medidas podrían proponerse como solución, aunque con altos costos sociales, según Acevedo, como por ejemplo el aumento de la edad de jubilación. “Causaría enorme malestar social”, aseguró.

El tema es complejo y los indicadores de deuda y déficit dicen que el reordenamiento del sistema previsional deberá enfrentarse pronto para poder disminuir la brecha entre el gasto y el ahorro. Es un tema que requiere además consensos políticos en la Asamblea Legislativa. Un tema, sin duda, difícil de tratar, aún desde la comodidad de los sillones del señor Ramos.

por Roberto Flores
Diario Digital Contra Punto
. El Salvador, Centroamérica - 18/6/2012.
http://www.contrapunto.com.sv/sociedad-civil/pensiones-que-aprietan