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La primera cita en la tercera edad

Lunes, 27 de Marzo de 2006
Envejecimiento y vejez


El coraje de volver a las "pistas"

EL MERCURIO
Santiago de Chile
20.03.2006

Tras muchos años de viudez o de separación, no siempre es fácil sociabilizar con el sexo opuesto y abrirse a la experiencia de disfrutar de una nueva compañía

María Paz Carvajal

Venía estupenda, había ido a la peluquería, finamente vestida para ese almuerzo con un nuevo amigo que había conocido hace unos días. Él se bajó del auto para saludarla, pero los nervios la traicionaron.

"Se dio un tremendo costalazo, los conserjes tuvieron que ayudarla. Se subió al auto y me reconoció que hace muchos años no salía con alguien. Todo partió mal. Después de ese episodio casi pasó a ser como mi hermana", cuenta Fernando (75), tras algunos años de vivida la anécdota.

Si bien hay cada vez más consenso en la sociedad respecto de que las personas mayores son libres de retomar su vida social y afectiva cuando lo deseen, muchas veces cuesta dar incluso el primer paso: ya sea atreverse a la primera cita o, más difícil aún, tratar que resulte.

"Y es que todo el potencial que tenemos, en la medida en que no se actualiza ni se practica -por ejemplo, tras muchos años de matrimonio-, se duerme, pasa como al plano inconsciente", afirma la sicóloga de parejas Alicia Meschi.

Sin embargo, agrega, si alguna vez uno fue coqueta o seductor y practicó el juego amoroso, es algo que está en el registro y sólo falta conectarse de nuevo con eso. "Si nunca lo fuiste, es más difícil, pero en todo caso, para emparejarse no es necesario seducir, sino estar dispuesto a vivir la experiencia de abrirse al mundo y, tarde o temprano, la pareja te va a ligar".

La mejor técnica

Los estadounidenses son maestros en elaborar guías para todo tipo de situaciones. En materia amorosa, la profesora del Bienestar Social de la UCLA, doctora Rachelle Zukerman, ha lanzado libros y dictado talleres sobre cómo manejar las dificultades del romance en la segunda mitad de la vida. Estrategias no le faltan.

A su juicio, hay que partir por mirar el entorno y descubrir cuáles son las horas en las que abundan más personas del sexo opuesto y solas, por ejemplo, en algún café del sector.

También se puede asistir a talleres, charlas culturales o clases de baile que promuevan la convivencia mixta. Por lo demás, la danza conecta con el cuerpo y con la sensualidad adormecida.

Igual de básico sería perderles el miedo a los extraños. "¡Créanme!, pasados los 50, uno nota la diferencia entre la gente buena y la gente rara", ha contado la autora en sitios web para almas más maduras.

Para iniciar una conversación, sugiere sutiles cortesías como comentarle a la persona "¿dónde compraste esa camisa?, te queda regia", o bien decirle a un extranjero, "¡Qué acento más encantador! ¿Echas de menos tu país?".

Lo que a menudo tampoco falla para "enganchar" una cita es decir: "si quieres que te dé el teléfono del local que te hablé, llámame". O incluso ser algo más directo..."esta conversación ha sido interesante, podríamos seguirla otro día".

Para Alicia Meschi, más que la ida a la peluquería o las tácticas de aproximación, importa el trabajo interno. "Lo primero es preguntarse si de verdad quiero estar en pareja. Porque van a surgir temores (por ejemplo, a sufrir) y hay que abordarlos, "pues desde el miedo la persona puede hacer una serie de cosas que boicotean inconscientemente las oportunidades".

Clásicos errores que perjudican las citas de adultos es fijarse en todo lo malo del otro, así como hacer lo mismo con uno. Es decir, "dedicarse a mostrar sólo los defectos, problemas y dolencias personales, como anunciando 'lo horrible que es estar conmigo'", opina.

La sicóloga Lorena Bravo agrega: "ojalá la persona haga antes un análisis personal de lo que ha hecho en la vida. No con un afán crítico, sino para entender que la experiencia de uno no es gratuita, que se es valioso y que puede adoptar y proyectar una actitud positiva".

Marcia (60) es separada hace 10 años y ha tenido más de una cita, pero fallida. "No pierdo la voluntad de conocer gente nueva, pero con los años me he puesto calculadora. Llego a la reunión y me pongo a comparar con lo que quiero para mi vida, me da lata perder tiempo con cualquier hombre. Me he encontrado con 'tipos' que arrastran trancas de sus 'ex', que andan buscando una enfermera que los cuide o que creen que uno, como es madura, anda con el rótulo en la cabeza que dice 'cama'".

Esto último puede pasar a los 20, 30 y 60, responde Lorena Bravo. "Y a cualquier edad los hombres saben qué mujeres se les están ofreciendo y cuáles son para algo más serio, así que ese miedo no debiera ser una limitante".

Para abrirse a una experiencia de pareja en la tercera edad las especialistas aseguran que es vital flexibilizar la estructura. "Estar abierto a nuevas experiencias es estar abierto a la vida, a sociabilizar. Todas las citas pueden valer la pena, aunque la otra persona no guste", precisa Alicia Meschi. "Siempre hay algo nuevo de ti que vas a aprender en ella".

Amelia Soto (57) conoció a Daniel (67) por casualidad en un avión. Coincidió que tenían amigos en común y eso los mantuvo en contacto. Sólo a los 2 meses vino la primera cita: "Estaba muy nerviosa, como adolescente, aunque igual con cierto temor de volver a tener una nueva relación que no sabes cómo va a terminar".

Pero su coraje valió la pena. "Fuimos a comer a un restaurante y fue un caballero, muy respetuoso. Salimos muchas veces antes de que pasara algo y eso me atrajo más, porque sentí que no me buscaba para algo superficial". Amelia y Daniel llevan 5 años juntos.

Matapasiones

Tras quedar viudo, Fernando (75) tuvo sus citas antes de volver a casarse. A su juicio, no hay nada más matapasiones que los "monotemas". Por ejemplo, "que la señora que tiene un hijo o familiar brillante esté sólo hablando de eso. La convivencia es de temas comunes a los dos y esos intereses en común hay que tratar de buscarlos en la primera cita".

También les sugiere a las mujeres no ser "casamenteras". "A veces una pareja amiga te invita a cenar y, por una extraña coincidencia, también en casa hay una señora que es viuda, cocina bien, etc. Es muy incómodo y poco natural".

OFERTA El 44% de la población mayor de 60 años es soltera, separada, viuda o anulada, según el Censo 2002. Aunque en su mayoría son mujeres.