Los artículos que hemos compartido a lo largo del mes de marzo contribuyen a visibilizar cómo dialogan los temas de género y vejez. El 8 de marzo pasado, conmemoramos un nuevo Día Internacional de la Mujer. Como siempre, éste es una oportunidad para reflexionar sobre los derechos conquistados y el camino que queda por recorrer en términos de igualdad entre varones y mujeres.
También, es una oportunidad para reflexionar y problematizar sobre la vejez de las mujeres. Esto es más que oportuno ya que las brechas de género que se experimentan a lo largo de toda la vida, lejos de desaparecer en la vejez, tienden a profundizarse. Así, las diferencias en el acceso al empleo formal, en el salario, en la dedicación al trabajo no remunerado, en el acceso a la educación -por mencionar sólo algunas- que se experimentan durante toda la vida, persisten y toman una mayor dimensión en la vejez. Se traducen en inseguridad económica en la vejez, menor acceso a jubilaciones y prestaciones contributivas, menor acceso a vivienda, acceso deficitario al sistema de salu;, mientras tanto, el trabajo no remunerado continúa siendo parte de la vida de las mujeres viejas, entre otras situaciones que se perpetúan.
Sabemos que a medida que miramos los grupos etáreos mayores, aumenta la proporción de mujeres por sobre la de los varones. El fenómeno de feminización de la vejez es una realidad que atraviesa a toda América Latina y el Caribe, en mayor o menor medida dependiendo del país que se trate. Esta característica, lejos de acentuarse, se profundiza y demanda la atención de los Estados con políticas de calidad que aborden las brechas de género, la realidad de las mujeres en general y de las mujeres mayores en particular. Esto no significa otra cosa que inversión en políticas con perspectiva de género.
La cuestión del género atraviesa todas las edades y presenta particularidades en cada etapa de la vida. Éstas deben ser identificadas y problematizadas para transitar hacia políticas y programas que pongan el foco en los derechos y en la igualdad, lo que es en sí misma una cuestión de dignidad.
Coordinadora RLG