Reconocimiento efectivo del rol de las personas mayores en la sociedad
El Plan Internacional de Madrid sobre el envejecimiento, hace particular énfasis en los acuerdos adoptados por la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, destacando en su primera orientación prioritaria la necesidad de que las personas mayores participen plenamente en el proceso de desarrollo y compartan los beneficios del mismo. No obstante, quienes trabajamos de manera permanente en la promoción de los derechos de las personas adultas mayores en los diversos países de América Latina, vemos con preocupación que aún existe una enorme distancia entre lo escrito en el Plan de acción y los hechos concretos. Tal brecha contrasta con la presencia cada vez más numerosa de personas de 60 años y más en la sociedad.
A pesar de que en los años más recientes se ha logrado una mayor visibilidad de las personas mayores, la participación de éstas en decisiones políticas y programas que les afectan directamente, continúa siendo muy precaria y sus organizaciones carecen, en general, del reconocimiento como interlocutoras válidas capaces de aportar, decidir y pronunciarse por sí mismas. Así, la invisibilización de las capacidades de las personas mayores, basada en estereotipos y falsas creencias sobre el envejecer y el ser persona vieja, es un factor que contribuye a retrasar los procesos de cambio necesarios para hacer frente –desde una perspectiva de derechos- a los desafíos que implica el envejecimiento individual y poblacional.
Pese a que en América Latina se habla cada vez más de la necesidad de reconocer a las personas mayores como sujetos de derechos, los prejuicios asociados a la vejez, se introducen de manera subrepticia en los discursos sobre políticas, programas y acciones en general, los cuales asumen a las personas mayores como un colectivo uniforme e indiferenciado, desconociendo la gran heterogenidad de las mismas, la amplia diversidad de condiciones en las cuales viven y las resignificaciones que éstas han ido construyendo acerca de la vejez, o de las ‘vejeces’, dada su enorme diversidad.
Hacer efectiva la participación activa de las personas mayores en la aplicación y seguimiento del Plan Internacional de Madrid, así como su inclusión en todos los espacios sociales y políticos, pasa necesariamente por dejar definitivamente atrás las prácticas paternalistas y darse a la tarea de re-conocer y validar las lógicas de participación de las actuales generaciones de personas mayores, particularmente de las mujeres; respetar la autonomía de sus organizaciones y crear mecanismos concretos y permanentes que favorezcan la interlocución con las mismas.
Este 1° de octubre, fecha en que el mundo celebra el Día Internacional de las Personas de Edad, saludamos a todas las personas adultas mayores y a sus organizaciones, con renovada esperanza en que la reciente Resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, sobre ‘Los derechos humanos de las personas de edad’ orientado a ‘nombrar, por un período de tres años, un experto independiente sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas mayores’, sea la antesala que anuncie el urgente establecimiento de un relator especial y permanente para tal fin.
Ximena Romero – Coordinadora RLG
Christel Wasiek – Asesora RLG
1 de octubre de 2013.