Dr. Felipe R. Vázquez Palacios.
Ciesas/Golfo Xalapa, Ver. México.
Uno de los propósitos de las ciencias sociales, y en especial de las investigaciones antropológicas, es la construcción de sentido y significado con la finalidad de hacer comprensible la realidad que se vive, identificando ventajas y desventajas en la experiencia presente de la pandemia.
Es por ello que consideré pertinente abordar, la cotidianeidad que viven las personas mayores con el confinamiento y las problemáticas que esto trae consigo.
Se habla, parafraseando a Ammerman (2007), desde un enfoque de pandemia vivida, visibilizando la contracción del uso del espacio y los recursos, así como los cambios en las formas de convivencia que se imponen con la sana distancia, y las medidas minuciosas de higiene.
En este sentido, quiero centrar su atención en la materia prima de las ciencias sociales: la interacción social, las experiencias y las prácticas cotidianas. Con la finalidad de procesar el conocimiento local que se va configurando a través de la interacción en la cotidianidad, para posteriormente ponerlo en diálogo con el conocimiento acumulado y así crear conocimiento nuevo, en el cual aparezcan respuestas y estrategias que se traduzcan en capacidades, formas de acción y pensamiento con las cuales se trata de evitar el contagio y sus consecuencias.
La información que les presento es parte de una investigación etnográfica que se ha hecho desde mediados del mes de marzo hasta mediados de septiembre, con la participación de estudiantes, así como de amigos, familiares y conocidos de la tercera edad, tratando de reconstruir en situ lo que las PM están atravesando en esta pandemia. Es decir, se hace una síntesis de lo que se entiende de lo vivido (Restrepo, 2018).