25 de diciembre de 2007
Mensaje a los Hermanos de la Tercera Edad y
Miembros del Voluntariado
Mis queridos hermanos:
Este es el día que El Señor ha hecho. Exultemos y gocémonos en él.
Sin duda, hay que tener fuerza y vigor para decir esto todos los días de la vida.
La Navidad, es uno de esos días en que la alegría y el gozo se asoman en nuestro horizonte, como se asoma el Sol cada día en el amanecer y brilla cada día en el atardecer con el ocaso.
Estoy seguro que sus vidas están enmarcadas en ese mismo ciclo del Sol, y que a estas alturas ya han recorrido con sudores y fatigas el amanecer y el Cenit; y ahora caminan con el brillo y la belleza propias del atardecer.
Desde ese atardecer de sus «Soles» que son sus vidas, la Navidad aparece como una luz de medianoche, que trae una palabra a la existencia del ser humano: El AMOR y desde ese Amor ha querido estar siempre presente en la historia de la humanidad.
Que el Amor que encontramos en un pesebre en la Navidad, queridos hermanos, sea como lo fue Jesús en el mundo, comienzo de toda vida, cúlmen da cada día, atardecer sin ocaso. Les invito que miren hacia Belén: Y digan en sus corazones: Tu venida es mi luz .
Les bendice con el cariño y la ternura de estos días Navideños.
Mons. Juan de Dios Hernández Ruiz S.J.
Obispo Auxiliar de La Habana
Secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba