Informaciones

Rol de las mujeres de edad mediana y avanzada. Al final del Milenio

Martes, 17 de Febrero de 2004
Envejecimiento y vejez

(Publicado por la RLG en Octubre del 2000)

Autores: Lic. NORA POCHTAR PSZEMIAROWER (Psicóloga) y Dr. SANTIAGO N. PSZEMIAROWER (Médico Geriatra)  E-Mail santipsz@ba.net  www.gerontologia.com.ar

    "... la máxima participación de la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre, en todos los campos, es indispensable para el desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la causa de la paz."

CEDAW

Llegamos al 2000 con algunos avances, pero notables retrocesos que afectan a la sociedad en su conjunto, pero mucho más a los grupos vulnerables y entre ellos las mujeres, de las cuales nosotros tomaremos las de Edad Mediana y Avanzada, aclarando que felizmente cada etapa de la vida tiene sus propias características, pero todas integran el ciclo evolutivo vital. Tanto es así que concebimos nuestro accionar en Gerontología desde hace 27 años incluyendo a los Ancianos/as actuales, a los/las que transitan la mediana edad que son los próximos y a los niños/as y adolescentes que son los Ancianos/as del futuro.

Así también lo ha comprendido la UNICEF (1) cuando:

Llama a la reflexión sobre el Desarrollo de los países en el cual se privilegia la dimensión humana, en éste se considera como uno de sus actores claves a las mujeres. Se estima que la participación de las mujeres en la toma de decisiones públicas llevará a relevar la equidad, los temas sociales y la calidad de la vida en las acciones del desarrollo, esta parece ser una hipótesis bien fundada. Durante la crisis de los ochenta, las mujeres se organizaron para resolver los problemas de sus comunidades y fueron capaces de paliar en parte sus efectos. El esfuerzo de las mujeres beneficia día a día la calidad de vida de sus familias y asegura una mejor vida a sus hijos.

En el mismo trabajo de 1993, López y Restrepo (1) afirman que "América Latina se ha comprometido con un modelo de desarrollo incompleto porque se ha centrado en la estabilidad macroeconómica de corto y mediano plazo, dejando de lado problemas estructurales, entre los cuales la equidad es el más apremiante. En lo económico, el nuevo modelo está lleno de precisiones y novedades y lo social ha quedado convertido en una categoría residual". Del Documento surgen las siguientes Recomendaciones:

- Prestar especial atención a la niña, en el entendido que las desigualdades de género se generan e inculcan desde la infancia.

- Poner especial atención en al área de la educación como un factor estratégico para el objetivo de la equidad.

- Atender el ciclo de vida completo de la mujer, desde los días de la niñez y la adolescencia hasta la edad madura y la vejez, considerando que las necesidades de cada etapa de la vida son diferentes.

- Respaldar el papel público de la mujer, especialmente de las mujeres líderes en la política y de aquellas con vocación de servicio público para contar con una agenda política para la mujer.

- Diseñar los proyectos incorporando en lo posible a todos los miembros de la comunidad, hombres y mujeres en sus distintas funciones y actividades comunitarias.

La O.M.S.-O.P.S. en 1998 comienzan a trabajar con la consigna: La Niñez es la cuna de la longevidad.

Los gobiernos, planificadores de políticas y las o­nG's deben comprender que sólo con niños/niñas sanos con acceso a dignos niveles de salud y educación, se puede esperar una vida prolongada y con calidad, muchas de estas cuestiones son actualmente deficientes, insuficientes o inexistentes.

Mujeres de Edad Mediana

En la Mitad de la vida de una mujer se superponen varias crisis que pueden provocar conflictos familiares: la problemática de los hijos adolescentes, el envejecimiento de los padres, los desajustes biológicos, de pareja, etc. acordemos que nos vamos a referir a la franja etárea de 40 a 59 años.

A lo largo de su vida, la mujer atraviesa por una serie de crisis vitales, donde intervienen procesos biológicos, psicológicos y sociales. Esto se encuadra en los dos tipos de envejecimiento que reconoce la O.M.S.:

- Biológico que se refiere a los cambios que tienen lugar en el organismo y que son característicos de las personas de edad, tales como la disminución de la agudeza visual, de la capacidad auditiva o del vigor físico, y el

- Sociogénico, que se refiere al papel que impone la sociedad a las personas que envejecen, en este último están involucrados todos los prejuicios que la sociedad manifiesta con relación a los envejecientes.

Indiscutiblemente sobre el "lugar" de la mujer en la familia y en la sociedad, existen una serie de "mitos y prejuicios" que están internalizados a través de las pautas culturales en las mismas mujeres. Sabemos que de una crisis se puede salir fortalecido, es decir habiendo crecido, y para ejemplificar podemos citar la etapa del climaterio, donde desaparece la capacidad biológica para "procrear" pero pueden abrirse numerosos caminos para seguir "creando".

La mayoría de ellas comparten experiencias como el embarazo, la maternidad, la asunción de diferentes roles en el seno de la familia y frecuentemente, por una expectativa de vida mayor que la del hombre, también enviudan.

Gallint en su trabajo de 1985 las llamó "sobrevivientes de un sistema patriarcal", se espera de ellas que tengan hijos y proporcionen la mano de obra doméstica básica para el mantenimiento de la familia; en los países de América Latina y el Caribe, sobre todo las del sector popular constituyen el núcleo en torno del cual se organiza la familia, funcionan como dispensadoras de cuidados de sus hijos y de sus padres mayores, son amas de casa, entendiéndose por ello una suma de tareas cotidianas, aplicadoras de disciplina, sostén emocional de la familia y a menudo las que deben adoptar decisiones. Como vemos, se trata de una situación donde deben armonizar variadas funciones, necesidades y demandas, manteniendo una posición subordinada al hombre del hogar (2). Por lo menos una tercera parte de la población de ingresos más bajos en América Latina y el Caribe se ha mantenido a flote debido a que las mujeres pobres han trabajado más intensamente y durante más horas (3).

Por ejemplo, en Buenos Aires, ello significa que las mujeres de bajos ingresos trabajan en promedio de 13 a 14 horas diarias y, además, realizan un sinfín de tareas domésticas para compensar los problemas del presupuesto familiar debidos a la pérdida del empleo, la disminución de los ingresos y el aumento de los precios. Prácticamente, tres cuartas partes de las mujeres que trabajan 30 o más horas a la semana fuera del hogar, a cambio de un salario, pasan 40 o más horas adicionales, realizando labores domésticas, lo que representa una semana de trabajo de por lo menos 70 horas en total. La crisis económica y las consiguientes políticas de austeridad que aplican las naciones en desarrollo significan que el logro de la igualdad para las mujeres será aún más difícil que antes.

El aumento del volumen de trabajo de las mujeres, que comporta la crisis y el deterioro de su salud les deja menos tiempo y energías para asumir cometidos de dirigente en sus comunidades o convertirse en políticamente activas. Precisamente cuando es necesario que los encargados de adoptar Políticas tengan en cuenta los problemas de la mujer, ésta dispone de menor tiempo para asegurar que ello suceda.

Desde mediados de la década del 70, y más aceleradamente desde los 80, el perfil cambia: las mujeres que se incorporan al mercado laboral son las de más bajos ingresos. Las mujeres representaban, en 1990, entre un tercio y un 40 % de la población económicamente activa, con tendencia a aumentar. Esto implica una creciente feminización de la fuerza de trabajo, basada en la necesidad de las mujeres de suplementar o reemplazar el ingreso de otros miembros de su hogar, más que en una incorporación a un mercado de trabajo que crece por una renovada demanda de trabajadoras altamente calificadas. En los años 80, aumentan los hogares con jefatura femenina en todo el País, que pasan del 18.9 % al 23.1 % del total de hogares, este aumento es general, e involucra a sectores pobres y no pobres.

Dado que los roles y estereotipos sexuales dentro del hogar aún permanecen casi inalterables en la mayoría de las familias, el desempleo del marido da a la mujer una carga extra, la cual generalmente no está capacitada para asumir. El marido sin empleo no atiende generalmente las tareas domésticas y el cuidado de los hijos en la misma forma que la esposa, mientras que ésta asume sobre sí todo el trabajo fuera y dentro de la casa. Esta situación lleva a las familias a un repentino cambio de roles y en una porción cuantitativamente importante de los núcleos familiares, estas modificaciones producen situaciones de agresividad latentes, que van en deterioro de las relaciones intrafamiliares (4). El desempleo del marido, en los grupos de mediana edad -40/50 años- produce el ingreso al mercado de trabajo de un sector de mujeres mayores que acceden al mismo por primera vez sin un caudal educativo adecuado, agravado en los últimos años, con la precarización del empleo sobre todo el femenino.

Con respecto a las políticas de desarrollo humano se quisiera que, más allá de la satisfacción de las necesidades básicas, se alcance justicia social, se desarrollen las potencialidades del individuo y se eliminen todas las formas de discriminación social. Esto se traduce en una serie de estrategias que van desde la revisión de los contenidos educativos hasta el apoyo a expresiones culturales que promuevan los valores de equidad en general y entre hombres y mujeres, en particular.

Dentro de la concepción de Educación Permanente (formal y no formal) se deberán concretar acciones educativas adecuadas a cada grupo social, a cada región del País y a cada grupo etáreo; pero esto será posible si conocemos nuestras capacidades potenciales para desarrollarnos.

** Sin capacitación no hay desarrollo.

** Sin capacitación no hay progreso.

** Sin capacitación no hay posibilidades de participación.

** Sin capacitación no podremos ser protagonistas ni agentes de cambio.

** Con capacitación y participación social, podremos aspirar a una mejor Calidad de Vida.

Asignamos un papel fundamental a los Medios de Comunicación, que la mayoría de las veces transmite una imagen distorsionada de la mujer. A través de la Capacitación también conseguiremos que al abrirse más ampliamente a la mujer esos Medios, mejorarán gradualmente las imágenes que genera dicha participación. De allí la importancia de encarar una acción concientizadora en las áreas de elaboración y producción de mensajes publicitarios y sociales, a fin de revertir las distorsiones conocidas y dignificar la imagen de la mujer en los medios. Sobre todo en un mundo tan competitivo, donde "ser joven" pareciera un objetivo en sí mismo, fomentado aún más por los Medios, quien no cumple con tal mandato social, aparece automáticamente desvalorizada.

En uno de nuestros Talleres sobre la temática, la Dra. Susana Finkelstein expresó: "No olvidemos que siempre hay un componente normativo (5), que a partir de la mitad de la vida, puede regir nuestras relaciones interpersonales: Los Nuevos Contratos:

· En efecto hemos contratado: compras, matrimonio, servicios varios.

· Hemos descontratado: divorcios, desalojos, despidos.

· Y así llegamos a la mitad de la vida habiendo contratado y descontratado, sin haber tomado una cabal noción de ello.

· Es por lo tanto el tiempo de tomarse un minuto para pensar e inventar nuevos contratos.

· Pensemos algunos que no estén incluidos en ningún Código.

Contratemos con nosotras mismas si queremos envejecer tranquilas o si pactamos con la moda que nos marca "restauraciones varias".

+ Pactemos con nuestros maridos si queremos seguir siendo administradoras de lo doméstico o socias conyugales con poder de decisión.

+ Pactemos con nuestros hijos adolescentes una forma pacífica de convivencia que contenga normas y sanciones claras.

+ Pactemos con nuestros hijos adultos, que queremos ser abuelas y no simples cuidadoras de niños.

+ Pactemos con nuestros padres ancianos que a pesar de vivir "nuestro tiempo", nos sentimos muy gratificados cuando podemos apoyarlos y acompañarlos, expresándoles la importancia que su existencia tiene en nuestra vida.

+ Pactemos con las instituciones sociales la forma y el límite de nuestra actuación en el afuera.

Todos estos nuevos contratos en el marco de una amplia libertad de elección interna, de reflexión, de inventiva. En definitiva, demostrarnos que en la mitad de la vida, las mujeres EJERCEN EL DERECHO de la mejor de las maneras, todos los días y, en cada elección.

La crisis y las políticas de ajuste conexas, si bien representan un enorme obstáculo para la igualdad entre la mujer y el hombre, también brindan una oportunidad histórica para el adelanto de la mujer si pueden presionar para repensar los enfoques del desarrollo. Al resultar más evidentes las consecuencias negativas de la crisis y de diversas políticas, los encargados de adoptar políticas quizá tomen conciencia de la necesidad de comprender que tener en cuenta las preocupaciones de la mujer y mejorar su situación son condiciones indispensables para un desarrollo satisfactorio.

Si las mujeres de mediana edad tienen un protagonismo participativo, en las áreas de: Educación, Salud, Trabajo, Vida cotidiana y Familia, fortalecerán su autoestima y de este modo comprenderán mejor a sus padres ancianos, establecerán vínculos más saludables con sus hijos, elegirán o reelegirán a su pareja; todo esto orientado al mejoramiento de su Calidad de Vida, pudiendo garantizarse una entrada a la Vejez con dignidad.

Mujeres de Edad Avanzada

El aumento de la proporción y el número de mujeres es muy significativo en el mundo desarrollado, pero avanza aceleradamente en los países en desarrollo o pobres, la causa principal de este fenómeno es el aumento de la proporción y número de mujeres, así como su mayor expectativa de vida. En el controvertido fin del milenio donde encontramos muchas semejanzas, pero también marcadas e injustas desigualdades, se desarrolla lo que se ha dado en llamar "Feminización de la Vejez.

Las proyecciones demográficas que nos alertaban hace diez o quince años, son mujeres de edad mediana y avanzada y valga la redundancia "avanzada-avanzada", nos estamos refiriendo a 40-59; 60-74 y 75 y más años, que hoy ya viven en nuestras comunidades, siendo también una realidad que en la mayoría de los países las mujeres sobreviven a los hombres entre 4 y 7 años (dato a tener muy en cuenta cuando se analiza esta problemática).

Para 1995, las Naciones Unidas estimaron que la población de 60 años y más (aproximadamente la décima parte de la población total del mundo) comprendía 302 millones de mujeres y 247 millones de hombres. En los países desarrollados las mujeres de 60 años en adelante representaban más del 20% de la población femenina total, mientras que en los hombres la cifra correspondiente era sólo del 16%. Según las proyecciones realizadas, esta divergencia se acelera a nivel mundial, pero es aún más rápida en el mundo en desarrollo. Esto se explica en gran parte por el hecho de que entre las personas de 80 años en adelante, la proporción de mujeres aumenta con más rapidez que en las edades más bajas. En la actualidad, el 61 % de todas las mujeres más de 80 años viven en países desarrollados, mientras que en el año 2025 la mayoría de ellas vivirán en países en desarrollo.(6)

En la República Argentina, como ocurre en casi todo el mundo, ya coexisten familias de 4 y hasta 5 generaciones. Tomando el caso más frecuente, cuatro, tenemos una mujer de cuarenta años con su madre de 60 y su abuela de 80 e hijos adolescentes. Con buen estado de salud la mujer de 60 trabaja o participa en actividades fuera del hogar, con un alto grado de autonomía de vida, es entonces que para los nietos y bisnietos respectivamente, hay dos modelos de abuela en el seno familiar; la de 60, independiente con proyectos propios y la bisabuela quien cumple el rol tradicional en la cocina, labores, etc. por lo cual permanecen dentro de la familia, aunque residan en domicilios separados.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Total de habitantes ambos sexos en el año 2000 37.031.802 / en el 2025 47.160.326

Totales 60 años y más en todo el País:

             2000              2025

Varones    2.097.724        3.347.245

Mujeres    2.838.673        4.499.145

Hasta no hace mucho tiempo las mujeres de Edad Mediana y Avanzada no figuraban en Documentos publicados como tampoco eran incluidas específicamente en Políticas, Planificaciones y Programas. Gracias a su insistencia la cuestión de prestar especial atención a la situación de la condición de la mujer envejeciente y anciana ha sido abordada por numerosos Organismos Internacionales en la década del ´90 especialmente, donde como dijimos las proyecciones demográficas ya son realidades, entre ellos:

Índice de Desarrollo Humano/95 referido a la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Observación General Nº 6 dedicado a las Personas de Edad).

El envejecimiento se considera con mayor frecuencia como un problema de la Mujer (O.P.S.--O.M.S.).

"En las Américas, en el grupo de 60-64 años hay sólo 89 hombres por cada 100 mujeres. Esta relación disminuye de manera uniforme, llegando a 53 por cada 100 en el grupo de mayores de 80 años. En cifras absolutas, la diferencia según el sexo en los grupos de personas de edad se traduce en una gran diferencia en el estado civil. La mayoría de los hombres en este grupo están casados; pero como las mujeres viven más tiempo que los hombres, se casan con hombres mayores que ellas y vuelven a contraer matrimonio con menos frecuencia tras la pérdida del cónyuge, en muchos países la mayoría de las mujeres de este grupo son viudas".

El FNUAP explica que la población senil, en particular los mayores de 80 años, son predominantemente de sexo femenino. Detalla que en los países desarrollados, hacia el 2050 un 10 % de todas las mujeres tendrán más de 80 años y muchas de ellas serán viudas. "Las mujeres ancianas tienen mayores probabilidades que los hombres de ser pobres o analfabetas. La discriminación, las restricciones a su libertad de movilidad y asociación y su falta de experiencias financiera y jurídica a menudo las hace ser más vulnerables a la explotación".

Rescatando las contribuciones de las mujeres de edad la CEDAW, "observó que quienes a los 60 años dejan su empleo por jubilación pueden tener una esperanza de vida de 20 años más y es probable que vivan esos 20 años sin invalidez o enfermedades graves. Ciertamente, tanto para las propias mujeres de edad como para sus comunidades es conveniente que durante esos años lleven una vida útil, se entiende que el envejecimiento es productivo cuando las personas de edad continúan aportando contribuciones económicas, sociales y culturales a sí mismas y a sus comunidades. Las personas de edad avanzada representan una oportunidad y no una crisis, una solución y no un problema, un activo y no una carga, un recurso y no un gasto de recursos y, en fin, constituyen un grupo que no sólo hace una contribución económica, sino que a menudo ha de ser el beneficiario de dicha contribución".

Programa "Adelanto de la Mujer".

La Asamblea General aprobó la Resolución 49/162, titulada "Integración de la mujer de edad en el desarrollo ". La misma:

· Pidió al Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, que preste especial atención a la discriminación basada en la edad cuando evalúe los informes sobre la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer(Resolución 34/180, anexo de la Asamblea General).

· Invitó a los órganos competentes de las Naciones Unidas a tener presentes todas las etapas de la vida en sus estrategias y programas para el adelanto de la mujer.

· Instó a la Comisión de la Condición Jurídica Social de la Mujer, de las Naciones Unidas, órgano preparatorio de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, a que se asegure de que los intereses de las mujeres de edad y sus contribuciones al desarrollo, sean tenidos en cuenta e incorporados en las estrategias, programas y políticas que se estaban examinando para su inclusión en el resultado de la Conferencia.

La Declaración de Brasilia tiene particular importancia porque formula los diez principios rectores que han de tenerse en cuenta para lograr un envejecimiento saludable. Los específicamente referidos al tema que nos ocupa dicen:

- Las mujeres están representadas desproporcionadamente en el grupo de las personas más viejas y más desfavorecidas, pese a que son la piedra angular de los cuidados prestados en la comunidad.

- La integración de las mujeres de la Región será posible en la medida que se planteen transformaciones a través de un nuevo estilo de desarrollo, que modifique no sólo las estructuras económicas, sino que también las incorpore al ejercicio del poder y a la toma de decisiones públicas. Ello implica no sólo mejorar o promover aspectos específicos de la realidad de las mujeres, sino abordarla en lo que es el conjunto de la construcción de CIUDADANIA para mujeres y hombres en América Latina y el Caribe.

En general reconocen las contribuciones al desarrollo y en algunos que compartimos, la necesidad de incorporarlas en la toma de decisiones y diseño de políticas, aunque reconocemos que para que estos Documentos no se conviertan en "papel mojado" será ardua la tarea que promueva el protagonismo de las mujeres.

En el mundo globalizado de hoy, se nos repite que el Estado-Bienestar ha desaparecido y, son otros los organismos que deberán ocuparse de las políticas sociales de los grupos vulnerables; a nuestro criterio, deberían entonces las mujeres de edad mediana y avanzada tomar parte en dichas decisiones, lo cual difícilmente ocurrirá, por lo menos en el plazo inmediato.

Es muy claro Berlinger cuando señala que: "La responsabilidad social por la salud ha ido decreciendo progresivamente en el escenario global, llegando en la actualidad a ser también presa del "mercado". Con la excusa poco creíble que el Estado es ineludiblemente ineficiente en el cuidado de la salud, se pretende convencer a la sociedad que sólo aquellos cuyo objetivo es ganar dinero pueden diseñar modelos eficientes y ocuparse de la atención de salud". (7)

Las mujeres siguen constituyendo el 70 % de los pobres del mundo y de ellas las 2/3 partes son analfabetas. Este fenómeno mundial, más de 1.300 millones de mujeres se conoce como "feminización de la pobreza". En los países en desarrollo, donde las mujeres siguen teniendo una situación muy inferior a la de los hombres (p.ej. altos índices de analfabetismo, salarios miserables, familias numerosas). Precisamente el hecho de no acceder a niveles de educación y atención primaria de la salud dignos, influyen para que se produzca frecuentemente la maternidad precoz o maternidad adolescente, con las consecuencias que ello implica para el presente y el futuro, así como enfermedades que podrían evitarse.   

Según un estudio de UNICEF, por lo menos una tercera parte de la población de ingresos más bajos en América Latina y el Caribe, se ha mantenido a flote debido a que las mujeres pobres han trabajado más intensamente y durante más horas.

Lo cierto es que las mujeres Mayores desempeñan una función esencial en el desarrollo económico y en la estabilidad familiar en América Latina y el Caribe, mucho más allá de lo que podría esperarse por su número. Ello es cierto hasta el punto de que, si de pronto se prescindiera de sus recursos productivos y de sus funciones como prestadoras de cuidados, los efectos sobre la economía de la región y la estructura social serían devastadores. Sin embargo dichos aportes son subestimados, no valorados y, en muchas oportunidades desconocidos por quienes podrían capitalizarlos, generando políticas sociales que las incluyeran; dándoles oportunidades para capacitarse ya que esto además de permitirles mejorar sus ingresos eleva su autoestima y los Gerontólogos sabemos que implica un aporte a su salud integral. Por lo tanto, es preciso que tratemos de plantearnos cómo podemos lograr un mayor reconocimiento de las funciones productivas de las mujeres de edad avanzada y ayudarlas de este modo a superar su situación marginal en la sociedad.

A pocos días de haberse celebrado en Naciones Unidas el Encuentro Beijing + 5 vale la pena recordar dos momentos de la Cumbre Mundial realizada hace cinco años. La "IV Conferencia Mundial sobre la Mujer", donde simultáneamente se realizó el Foro/95 de o­nG's con la presencia de 30.000 mujeres y hombres, muchos de ellos jóvenes. Ha sido el Foro de o­nG's y también la mayor reunión de Mujeres de la historia; convocadas para definir una agenda y Plan de Acción para el Siglo XXI, alrededor del lema del Foro: "Mirar al mundo con ojos de mujer", en lo que hace a nuestro tema rescatamos:

Taller de Mujeres Mayores.

2000 mujeres participaron en las actividades de la Carpa de Mujeres Mayores, con 40 talleres organizados por grupos de más de dos docenas de países. Las grandes preocupaciones de las mujeres reunidas en esa carpa fueron los derechos humanos y la seguridad económica. Reconociendo que esta conferencia marcaba la primera vez que las mujeres mayores conseguían poner las inquietudes del envejecimiento en la agenda internacional de o­nG, las mujeres insistieron en que se tomaran medidas para poner los derechos de las personas mayores entre las Convenciones de Derechos Humanos de la o­nU y se comprometieron a presionar a las organizaciones de derechos humanos para incluir temas de los derechos de las personas mayores como los que siguen:

- Necesidad de emprender acciones globales para afrontar el empobrecimiento en la Vejez.

- Preocupación marcada por los Derechos Humanos y la Seguridad Económica.

- Efectos de la reestructuración económica y duro impacto de los programas de ajuste estructural.

- Presionar a las Organizaciones de Derechos Humanos para incluir temas relacionados con los Derechos de las Personas de Edad.

- Afirmación de las tradiciones y valores.

- Protección del medio ambiente en beneficio de la salud y el bienestar.

- Nuevo matrimonio en la Vejez.

- El cuerpo envejecido.

- Establecer vínculos con las generaciones más jóvenes, temática que se profundizó en el taller de:

Diálogo Intergeneracional

Fue el nombre con el que se desarrolló la Sesión 22; seis oradoras representaron diversos grupos de edad; la más joven de 20 y la mayor de más de 80. Todas estuvieron de acuerdo en que el diálogo intergeneracional es fundamental para el movimiento de mujeres. Se discutió el tema del abismo entre los géneros, y el papel de la cultura y los medios de comunicación que ejercen su influencia entre las generaciones, como mensaje quedó que "las mujeres de edades diferentes ven las cosas de diferentes maneras; han de trabajar juntas y respetarse mutuamente. El poder se anula si las mujeres mayores no avanzan de la mano de sus hijas".

Es importante al reflexionar sobre los conceptos "feminización de la Vejez y de la pobreza", calificar a ésta como una forma silenciosa de violencia que hiere profundamente los Derechos Humanos. Nos estamos refiriendo a la victimización de la pobreza agravada por la "vulnerabilidad de las mujeres de avanzada edad". Por ello es fundamental asumir el compromiso en la difusión y la Defensa de los Derechos, única manera de construir Ciudadanía.

En este Año 2000, designado por Naciones Unidas de la "Cultura de Paz", una de las herramientas que estamos utilizando es promover el "Diálogo y la Solidaridad entre Generaciones", en el marco de la Campaña "Para hacer Mayores los Derechos de nuestros/as Viejos/as" ***

Nota: Mayor información solicitarla al E-Mail santipsz@ba.net