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Estrategias para una sociedad para todas las edades, AARP

Miércoles, 18 de Febrero de 2004
Políticas y Derechos

Documento para un debate mundial sobre el año internacional de las personas de edad 1999. Síntesis de la INTRODUCCIÓN del documento preparado por AARP (la Asociación de Jubilados de los Estados Unidos)

Estrategias para una sociedad para todas las edades ha sido desarrollado por una organización no gubernamental que representa a las personas mayores, AARP, en extensa colaboración con personas de todo el mundo, tanto personas mayores como personas jóvenes en representación de las mismas. Su objetivo es estimular el diálogo a nivel nacional e internacional sobre el tema elegido por las Naciones Unidas para el Aaño Internacional de Personas de Edad 1999, una sociedad para todas las edades, y fomentar la aplicación de estrategias que ayudarán a hacer de esta visión una realidad.

En su Introducción señala que:

"Las Naciones Unidas eligieron el año 1999 como Año Internacional de las Personas de Edad por muchas razones, entre las que indudablemene se encuentran las siguientes:

- las personas de 60 y más años de edad constituyen una proporción creciente de la población mundial - las personas de 80 y más años de edad son el grupo etario de más rápido crecimiento en la mayor parte del mundo;

- el envejecimiento de la población está ocurriendo con más rapidez en los países en desarrollo, los cuales, en muchos casos, son los que menos preparados están para responder a los problemas que presenta dicho fenómeno;

- en muchos países hay una gran desigualdad entre los sexos en la población de 60 y más años, constituyendo las mujeres - entre las cuales generalmente hay una mayor incidencia de pobreza y mala salud crónica - la mayoría;

- aunque una gran población que envejece presenta tanto oportunidades como problemas para cualquier sociedad, las autoridades de muchos países todavía no han comenzado a responder a las inquietudes de dicho grupo de edad.

No obstante, el tema elegido para 1999, una sociedad para todas las edades, tendría un alcance más amplio que no sólo abarcaría a la gente de mayor edad. Tal vez como antídoto contra las muchas conferencias de la o­nU de estas últimas décadas que se han concentrado sólo en grupos o inquietudes especiales, el tema para 1999 prometería un enfoque global. Representa una valiosa oportunidad para reflexionar sobre nuestras vinculaciones e interdependencia, y sobre la variedad de formas que éstas pueden adquirir, así como para comprender que el hecho de envejecer afecta a todos, no importa cual sea el punto alcanzado en el ciclo vital- ya sea por el hecho de conocer a gente de más edad o por el hecho de que nosotros mismos envejecemos. El envejecimiento es un proceso que abarca toda la vida, que sigue su curso imperceptiblemente cada momento de nuestras vidas.

Más importante aún, el tema ofrece la oportunidad de adquirir conciencia de que las personas de edad tienen muchas de las mismas necesidades y sienten muchas de las mismas inquietudes que el resto de la gente; que al responder a esas necesidades e inquietudes, no sólo asitimos a la gente de cualquier edad, sino que ello también significará una vida mejor en la ancianidad para la mayoría de nosotros, que, en cada vez mayores números, viviremos hasta una edad avanzada. Los fundamentos para una ancianidad saludable y satisfactoria se establecen muy pronto en el curso de nuestras vidas, a través de nuestras propias decisiones y comportamientos, ya través de una política social inteligente y de sus estructuras básicas.

Otro argumento para doptar un enfoque más amplio, que abarque toda la sociedad, es la multiplicidad de vínculos dentro de los grupos etarios y entre ellos.Nadie pertence a un grupo solamente, sea de edad o de cualquier otro tipo; la mayoría de la gente pertenece a diferentes grupos de interés que trascienden las divisiones por edad. La misma gente mayor no se considera un grupo separado, sino que insiste en seguir formando parte integral de la sociedad. Una sociedad sin tales vínculos probablemente no podría sobrevivir.

Por último, no se puede dejar de lado la interdependencia de los individuos y la sociedad en que viven. Ambos ejercen una influencia recíproca, a veces, armoniosamente, y a veces en conflicto.

También es necesario examinar los puntos de tensión entre los individuos y las estructuras de la sociedad que más posibilidades tengan de afectar a la población de mayor edad actual y futura, a fin de avanzar hacia una sociedad para todas las edades.