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Editorial No 19 del 15 de Septiembre del 2001

Miércoles, 11 de Febrero de 2004
Editoriales RLG

Es de común conocimiento y una experiencia frustrante para las personas e instituciones que trabajan en pro de los adultos mayores, que el tema de la vejez y del envejecimiento no esté considerado en la primera línea de prioridades en el ámbito de políticas sociales en los países de América Latina y del Caribe.

Para analizar esta realidad, podemos considerar tres aspectos:

- Los cambios de gran trascendencia que se han producido en las dos últimas décadas, que han agudizado la situación- la realidad de los adultos mayores debe ser estudiada en forma integrada, en la perspectiva de una sociedad para todas las edades- la evidencia, cada vez mayor, de la estrecha relación que existe entre envejecimiento poblacional y calidad de vida para todos.

Esta situación es vista con preocupación, entre otros organismos a nivel mundial, por Naciones Unidas, al punto que se prepara una segunda Asamblea Mundial sobre el envejecimiento, a fin de evaluar la aplicación del llamado Plan de Acción de Viena de 1982.En los preparativos para la Segunda Asamblea se señala que "en la primera se prestó atención considerable al envejecimiento en los países desarrollados. En estos 20 años el cambio más destacado ha sido constatar que la mayor de parte de la población de edad vivirá en los países en desarrollo, con lo cual será más difícil para el marco institucional y las posibilidades de muchos gobiernos de mantener el desarrollo de unas sociedades envejecidas y garantizar el bienestar en la vejez"Ya en la Cumbre Mundial de Desarrollo Social de Naciones Unidas, en 1994, se señalaba que "cuando el cambio demográfico se produce por envejecimiento de la población hay que reorientar los recursos públicos y la atención de la política, y adaptar los servicios públicos de manera que las personas de edad más avanzada puedan elevar al máximo su contribución a la sociedad enel espíritu de una sociedad para todos". Esto significa un cambio de paradigma.Para ello se propone impulsar las cuestiones del envejecimiento en los planes nacionales de desarrollo.

Por su parte la Organización Panamericana de la Salud advierte que, en la composición de la población en América Latina y El Caribe, para el 2025 la población mayor de 80 años representará el 10% de las personas de 60 y más añosAl mismo tiempo señala que el envejecimiento en América Latina y El Caribe se caracteriza por: rápido crecimiento, pobreza, heterogeneidad e inequidad en salud y desarrollo.De todo ello se desprende que la inclusión de esta temática en las Políticas Sociales de los países de la región, altamente compleja, va a requerir los esfuerzos conjuntos de la sociedad y los gobiernos, porque involucra a la sociedad como un todo.

Por mucho tiempo se pensó que con la organización de la seguridad social sería suficiente para solucionar la pobreza y los bajos niveles de bienestar social de un alto porcentaje de los adultos mayores. Sin embargo, el problema de los adultos mayores se presenta más grave, y más aún cuando se constata en los últimos años la tendencia de los estados a retirarse de laspocas instituciones públicas existentes de seguridad social, favoreciendo la creación de sistemas de ahorro particulares. Estos sistemas no son una solución para los adultos mayores de hoy, y si lo serán para los adultos mayores del mañana el futuro lo demostrará.

También ha ido tomando fuerza la concepción de que una política social que considere las necesidades de los adultos mayores, en un concepto global, debe enfocar los diferentes aspectos de la vida de los adultos mayores, contemplando aspectos tales como la vivienda, salud, ingresos, transito, previsión de servicios, etc.Sin cuestionar la globalización en términos generales, debemos tener en cuenta que los adultos mayores carenciados - y en su mayoría lo son - en América Latina y en el Caribe, son y serán más marginalizados como consecuencia de la misma. Por eso, organismos como Naciones Unidas, la OPS y recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo - BID - están desarrollando Programas que intentan compensar ciertas durezas de la nueva economía.La magnitud del desafío, aún considerando sólo dos aspectos:- la situación económica de los adultos mayores que, como señalábamos, en su gran mayoría son carenciados y - la cobertura de los sistemas de seguridad social que permite una vida digna y funcional alcanzan, en general, a porcentajes muy bajos de la población mayor de 60, requiere soluciones sistemáticas y sostenibles por parte de los gobiernos en primer lugar y de la sociedad civil.

En este marco de plena transición, es de destacar que algunos países de la región están realizando esfuerzos notables para desarrollar una política que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida de los adultos mayores.

Estimamos que las leyes, proyectos y experiencias que ya existen en la región deben ser más conocidas. Por la importancia que la RLG le asigna a la Política Social, abrimos un nuevo Capitulo en que publicamos, en principio, material de Chile, de México y del BID.En la medida que vayan surgiendo nuevas informaciones, tendremos la oportunidad de formarnos un amplio panorama que, considerando las particularidades de cada contexto y cultura, nos darán una visión de cómo se han ido encarando aquellos aspectos que son comunes. Seguramente este puede ser el punto de partida de nuevas propuestas, de nuevas iniciativas y acciones que lleven a una aproximación de mayor equidad en la búsqueda del bienestar común

AS/MGS, Lila Bezrukov de Villalba  - Coordinadora de la RLG

Lic. Christel Wasiek  -  Asesora de la RLG