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Cuba: El valor de los cuidados, otra realidad que emerge con la pandemia

Miércoles, 28 de Abril de 2021
Género y Envejecimiento

A la sobrecarga de las labores de cuidado, colocada históricamente sobre las mujeres, se añade la repercusión que en este ámbito de la vida ha tenido la pandemia de covid-19 sobre ellas. Pero el análisis de este tema tiene que partir de la feminización que ya existía de los cuidados y su poco reconocimiento.

En ello coincidieron especialistas durante el panel virtual “Los cuidados en el centro de la vida humana y natural”, organizado el 23 de abril por el Capítulo cubano de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM). La iniciativa forma parte de la jornada 24 horas de acción feminista que cada año convoca esta organización.

Para la investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad de La Habana Magela Romero, “el cuidado tiene que ser concebido como un derecho y un deber ciudadano y ser contemplado desde un enfoque sociológico y político”.

La experta subrayó la necesidad de impulsar los estudios sobre el tema y visibilizar la importancia de los cuidados en general, incluyendo el autocuidado. “Tiene que ver con la vida de todas las personas”, señaló. Premisas que en medio de la emergencia sanitaria generada por la covid-19 cobran mayor relevancia.

La periodista Lirians Gordillo alertó sobre el hecho de que “en una situación de crisis, las más afectadas son siempre las mujeres y vuelven a reforzarse los roles tradicionales de género”.

A su juicio, tanto en espacios de incidencia local, como territorial y nacional, es vital identificar las brechas de género y también entre el discurso, la voluntad política y las acciones; así como alertar sobre las contradicciones que se puedan estar dando en este sentido, consideró.

Maura Febles, investigadora del grupo Grupo América Latina, Filosofía Social y Axiología (Galfisa) y el Espacio Feminista Berta Cáceres, señaló algunos de los desafíos para los cuidados en el contexto de la pandemia.

“El regreso de las mujeres al espacio privado, el hogar, ha traído consigo una carga simbólica de lo que ha significado a nivel de imaginario, percepciones, autoestima, cotidianidad. Ello tiene implicaciones concretas para las mujeres y entre las más evidentes está la repercusión económica que ha significado el confinamiento, pues han sido ellas las más perjudicadas ante el descenso en la tasa de ocupación”, dijo.

Las mujeres están más expuestas al contagio y en Cuba son protagonistas de la resistencia ante la pandemia, señaló Febles, en tanto ellas se han mantenido como mayoría en la primera línea de enfrentamiento a la epidemia, en sectores sensibles como los servicios, la ciencia y la salud.

Además, en un contexto donde se han reinventado las dinámicas cotidianas de manera creativa, el teletrabajo continúa siendo un reto para ellas, que comparten su tiempo entre la sobrecarga doméstica, de cuidados y las responsabilidades laborales.

Resignificar los cuidados


“Cuidar es un trabajo grande e indispensable que garantiza la sostenibilidad de la vida, pero cada vez hay más personas que demandan atenciones y menos para entregarlas. Esta crisis sanitaria generada por la covid-19 sigue siendo una oportunidad para resignificar nuestras vidas, nuestros cuerpos y los cuidados”, apuntó la realizadora Lizette Vila, fundadora del proyecto Palomas, Casa productora de audiovisuales para el activismo social.

Para Vila —quien se refirió a la realización de su último documental Ellas…sus cuidados y cuidadoras—, la pandemia exige reflejar una comunidad mayoritariamente conformada por mujeres, muchas veces silenciadas.

“Los cuidados son un derecho humano y toda persona tiene derecho a recibir un cuidado digno, pero el debate casi siempre se centra y coloca más en las demandas de atenciones y no en quienes cuidan. ¿Quién cuida entonces a las cuidadoras? Las cuidadoras posponen sueños, renuncian a proyectos, se anulan, se desaniman de trabajar, pierden autoestima y autonomía, quedan expuestas a los conflictos familiares y sociales y a las diferentes expresiones de la violencia de género”, apuntó Vila.

Justamente sobre la feminización de los cuidados y la necesidad de ampliar la mirada crítica hacia el patriarcado como sistema de opresión hacia las mujeres, llamó la atención Herminia Rodríguez, periodista y especialista del Ministerio de Educación Superior.

Al referirse a un estudio realizado en 2016 por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que tributó a la Cepal, centrado en la autonomía económica de las mujeres y su relación con los cuidados, dijo que los resultados evidenciaron la feminización de esas labores en varios países de nuestra región.

“Están feminizados los cuidados, sobre todo en sectores, ocupaciones y profesiones como la educación y la salud. En el caso de Cuba, donde la presencia de la mujer en la ocupación es tan alta, nos encontramos que hay una sobrecarga, a veces abrumadora, de las labores de cuidado, que recae sobre ellas. La mujer ejerciendo cuidados desde su trabajo público o empleo, y las mujeres ejerciendo el cuidado, mayoritariamente, en el ámbito familiar, donde están a cargo de niños y niñas, personas mayores y enfermas, con dependencias invalidantes para su autonomía…”, ejemplificó.

De la investigación a las políticas

Romero consideró que visibilizar el tema de los cuidados “implica apostar directamente por el mejor aprovechamiento de investigaciones y prácticas feministas en el monitoreo, diseño e implementación de políticas públicas, y abogó por un diálogo necesario entre el Estado y las organizaciones que apuestan por ese desarrollo”, dijo.

Explicó que la Red Nacional de Estudios sobre Cuidados en Cuba, creada en 2020, surgió tras el primer taller de especialistas del país en este ámbito y una sistematización que identificó alrededor de 250 investigaciones sobre el tema. En todas se contemplaba la importancia de entender los cuidados en sus múltiples dimensiones, incluido el autocuidado, destacó.

A poco más de un año de creada, la red cuenta con más de un centenar de especialistas de unas 30 instituciones de todo el país. Su principal objetivo es favorecer la articulación y colaboración entre instituciones, organizaciones, investigadores y actores sociales que, desde las investigaciones, contribuyen al fortalecimiento de las políticas y al fomento de buenas prácticas.

Al intervenir en el debate, la psicóloga e investigadora Yohanka Valdés consideró que la nación caribeña ha dado pasos de avance en cuanto a los cuidados. “Pero existen desafíos aún pendientes. Sobre todo, la voluntad política y el trabajo académico deben convertirse en más acciones, donde se expresen las complejidades de la interseccionalidades raza, género y desigualdades sociales”, dijo.

Sobre este aspecto, Romero insistió en que las políticas de cuidados deben llegar no solo a las urbes, sino a espacios periféricos, lugares montañosos, costeros, a donde no llega muchas veces el actuar de algunas organizaciones que apuestan por este tipo de iniciativas.

“Es un tema que no depende de un organismo y una organización, las claves para avanzar en la solución están en la articulación de muchas voluntades”, sostuvo Herminia Rodríguez.

Yuleidys González Estrada, investigadora y coordinadora del proyecto La cuarta Lucía, señaló la necesidad de involucrar en todos estos procesos a mujeres y hombres. “Son muy importantes los proyectos que se hacen desde la FMC y es sumamente esencial que se tomen en cuenta investigaciones y trabajos que se hacen desde las zonas orientales y rurales”, agregó.

Sobre ello, Llanisca Lugo, educadora popular del Centro Memorial Martin Luther King apuntó que es preciso el enfoque interseccional a la hora de abordar este tema, pues ayuda a que el movimiento feminista dialogue con las realidades complejas de las mujeres.

De acuerdo con Romero, deben valorase las diversas dinámicas que se cruzan con los cuidados y no solamente el poder patriarcal. “Por ejemplo, la crisis económica que se ha incrementado en esta época de pandemia”, dijo.

Agregó que el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, impulsado por la FMC, es un marco de acción política para aprovechar y al cual aportar. “El cuidado de la vida no solo tiene que ser visto como una estrategia para el empoderamiento de las mujeres, sino como un eje central para el empoderamiento social, para el bienestar colectivo”, refirió.

La MMM es un movimiento relevante que a nivel internacional ha ayudado a visibilizar problemáticas como la violencia de género, la feminización de la pobreza, el trabajo de las mujeres y el activismo. “Que se dedique esta agenda al tema de cuidados es una oportunidad trascendental”, concluyó Romero.

Fuente: SEMlac Cuba - 27/04/2021
http://redsemlac-cuba.net/sociedad-cultura/el-valor-de-los-cuidados,-otra-realidad-que-emerge-con-la-pandemia.html